Me sinceré y abrí mis puertas del corazón. Me costó, no suelo hacer esas cosas ni tomo diariamente riesgos en cuanto a las relaciones o al amor.
Pero no me importó, tomé el coraje y me convertí momentáneamente en una chica valiente, invencible y fuerte. Aunque en ese momento me sentí inmune, la enfermedad llegaría más pronto de lo que pensaba.
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Generalmente me confundo o elijo mal. Esta vez decidí hacerle caso a la razón y no al corazón... y volví a errar.
¿Cómo una persona se puede sentir después de haber confesado su purificación en alma y cuerpo? ¿Cómo se puede sentir una persona después de confesar sus sentimientos hacia otra persona? ¿Qué debe esperar uno después de semejantes confesiones?
Ambos confesamos, ambos admitimos, ambos nos sinceramos, y sin embargo, salí perdiendo yo.
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Te vi. Y no te importó.
Vi cuando Circe te acorraló contra la pared.
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No quiero oír más la excusa de que no sabías lo que hacías porque no estabas consciente.
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Perdí.
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Vos. 1.
Yo. 0.